sábado, 10 de septiembre de 2011

Fotógrafos: ¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPAÑAS?

Tres campañones (y alguna cosilla más) de esos que hacen historia.


GIANNI VERSACE OTOÑO/INVIERNO 96/97 

"A FAMILY ALBUM - HERFORTSHIRE ENGLAND"

BRUCE WEBER

A ver quién es el guapito de cara que tiene los santos cojones de decirme que Versace es todo mal gusto, derroche y exceso de nuevo pudiente después de ver esta campaña!

Gianni estaba a punto de palmar a manos de Andresito Burguera (porque siempre he preferido pensar que se trataba de él y no de el Andrew Cunanan ese, que como que le da más rollo esperpento a la cosa) y parecía que lo sabía. Sus últimas colecciones se volvieron sobrias (dentro de la sobriedad a la que podía llegar el genio de Calabria) y, sobre todo, oscuras. Llamó a su gordito preferido, ese que se coge a sus golden retriever, te los mete a la mínima que puede dentro de encuadre y se queda más pancho que Betty Missiego después de untarse con el rizador de pestañas.

¿Y qué nos sale de todo esto? pues una campaña preciosa, rollo "que suerte que todos somos guapos en la familia, cagamos pasta por nuestras praderas de Los Hamptons, nos llevamos tan bien y estamos encantados con ser americanos" que tanto me gustan y que borda como nadie el marcapaquetes de Ralph Lauren

Versace se dejó de chuloputas sicilianos y meretrices de Via Condotti y se creyó un poco el bordador de caballitos, se cogió al VanDerLoo y a la Harlow, los hizo acompañar de los típicos hunks made in Weber, cuatro viejetes estupendos, un par de niñitas de esas que ya apuntan maneras y Milán fue más Connecticut que nunca:


Y luego esta ella, la viuda alegre que mató al grunge (aunque yo creo que también fue cosa de Andresito Burguera), se pone hasta el culo de todo lo que sea pernicioso para la salud, maltrata a su hija, las aseguradoras tiemblan cada vez que la contratan para hacer una peli así salga nominada al Oscar, tiene un grupo molón y hubo un momento de su vida, no sé cual y no sé cómo, en el que llegó a estar ultrafollable.

Total que Weber y Versace me la ponen a calzón quitao y protagoniza una campaña para Versace Uomo impresionante, rollo transformista, que de no estar hoy un poco perrucio os la hubiese puesto enterita (otro día):


Pero vayamos a señoras estupendas que se encuentran de capa caída. 

Antes que Zaha Hadid se comprase 20 metros de terciopelo burdeos y se los acoplase, modo sayón, encima de sus excelsas carnes, había otra señora que hacía lo propio pero cuyo atractivo estaba a años luz de la dictadora anglo-iraquí.

Donna, dominaba el mundo desde sus enormes cartelones de DKNY en Times Square. Llegó a ser un símbolo de la ciudad tan reconocible como la manzana, la jodida camiseta del corazoncito o Lady Liberty. Tal era su poder que no había socialité neoyorkina un tanto boho que no combinase sus modelitos de Calvin Klein o Narciso Rodriguez con alguno de la Karan, e incluso fue capaz de organizar una boda entre sus dos modelis estrellas de la época (de nuevo el VanDerLoo, que siempre ha sido tan simpático y educado que se me antoja un poco trucha, y el labión de nuestra Cañaditas).

Ahora el imperio está un poco de capa caída, da pérdidas y hace años que no se ve un anuncio suyo a la vera de ese templo del horror guiri que es la tienda de M&M´s, pero bueno, ya quisiera estar yo tan jodido como la judía que se iba de farra con Barbra Streisand cuando esta, entre compra y compra de algún mueble art decó y antes de casarse con el director del Saint Gregory (James Brolin), se dedicaba a aumentar su leyenda como la mayor ninfómana de los 50 estados, ya fuesen estos confederados o no.

El caso es que durante aquellos años la tía se montaba unos campañones de quitar el sentío. 

El gran MIKAEL JANSSON realizó una que para mi son palabras mayores. Seguramente me ponen a una enana travestida en fotógrafo indonesio y me dicen que son fotos fijas de El año que vivimos peligrosamente realizadas por Peter "quejodidamentegrandequesoy!" Weir y me lo creo, pero no!. Al ver que en vez de al sanote de Mel me ponen al melacólico Jeremy ya soy consciente que la cosa dista bastante de tratar de jincarse a la Weaver.

Jeremy Irons mola, mola porque pasados los sesenta sigue siendo fibra pura que le da un aspecto que me hace dudar de si estoy delante de un abuelete que se pasa la vida machacándose en el gimnasio o por contra se trata de un enfermo terminal de cáncer. Mola por su porte aristocrático. Mola porque en su juventud declaró amor eterno a nuestra Monica Randall y esta le dió calabazas por no querer irse a vivir a Londres y mola sobre todo porque Loles León se abrió el coño una noche aciaga en una habitación del Santo Mauro por escoñarse por unas escaleras cuando se las prometía muy felices al lado de la verga de tan (otrora) distinguido intérprete.

Y luego esta Milla, la Jovovich, esa modeli que a la chita callando lleva lustros trabajando con los mejores fotógrafos de la historia, protagonizando las campañas más codiciadas y posicionándose en el top ten de las paseantas que más ingresan año si, año también. Cosa de la que parece que la gente no se entera porque tales logros modeliles pasan a un segundo plano ante su horrible carrera cinematográfica.

Me alegro por ella. Milla es guapa, gamberra, se desteta, te enseña el parrús, es golfa y es señora, tiene cara de haber vivido, unas ojeras cojonudas y posa como la mejor. De hecho, está entre las mejores. He dicho!.

A disfrutar de esta pasión a dos bandas tan sexual como elegantona: 


Milla y Jansson habían ya probado el año anterior. Los ecos de Weir eran por aquel entonces una especie de  Wong Kar Wai de pacotilla y Jeremías había tomado el relevo de Gary Oldman, ese feo/atractivo que maridó con mi Uma Thurman del alma y que ahora anda parriba y pabajo siguiendo a Harry Potter en sus desventuras.

El resultado sigue molando: parejita burguesa que se quiere y parece que se vayan a jincar de un momento a otro entre discusión y reconciliación y que sacan a relucir toda la colección de trapos, gafas y bolsacos de la Karan... y uno no sabe si le entran ganas de irse a la tienda más próxima a hacerse con toda la colección o tirarse por la ventana por no poseer un helipuerto propio para que el helicóptero te deje a la puerta de casa. Que mierda todo, de verdad!

Hala, a gozarla!


Y ya para finalizar está la parejita más molona del star system. Son tan guays que ahora que ella se ha hecho con un toy boy de imponente físico y escaso talento se llevan a las mil maravillas formando una extraña familia que el bueno de Bruce aumenta de vez en cuando con alguna stripper de carretera. Tan guays que en las alfombras rojas se daban piquitos con la DeGeneres y la Heche, y tan tan guays que Bruce pasando de su alopecia y Demi, sabedora que cada año que pasa está más tremendona, pasaron de Jansson, llamaron a Peter Lindbergh que siempre es como más cool y se amaron locamente entre lipos de ella y baños de Farandol de él:


Y luego está Linda, que ya os habréis dado cuenta que si no la pongo en algún post me dan los siete males (de nuevo Lindbergh):


La falsa princesa somalí que consiguió que "El Duque Blanco" empezase a meterla por el agujero correcto:


Y mi Caterina...


Buenas compañías las que rodeaban a la Karan en sus campañas. Si señor! Demos gracias por todas ellas...

2 comentarios:

  1. Me encantan tus entradas infinitas nonsense y tu trabajo. Un Beardsley posmoderno (y con buena salud).

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  2. Siempre he pensado que si fuera por el Versace de sus primeras épocas las mujeres iríamos vestidas eternamente de rameras (algo de muy mal gusto).Pero es cierto que en los últimos años de su carrera sí se volvió algo más sobrio (¡al fin!) aunque tampoco demasiado.
    En cuanto a las campañas de Donna Karan ¡qué elegante es Jeremy Irons! Tan flaco y decadente,con ese aire morboso y misterioso.
    Los dos únicos que no me han gustado de las fotos son Willis y la Moore, menudo par de mamarrachos.
    Por cierto, ¡qué guapo es Marc Vanderloo y que pedorra Esther Cañadas por dejarle!

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